David Averanga, un artesano que fabrica chamarras y las comercializa en la calle Graneros, en la ciudad de La Paz. El año pasado fue entrevistado por este medio porque las cifras de exportación de cueros y manufacturas de cuero se incrementaron y llegaron a 32.094.685 dólares. Manifestó que el plagio de sus modelos y de su marca no tenía límites y afectaba a sus ingresos. “Nadie controla. Otros me copian y ganan con mi diseño”, sostuvo.
Al respecto, la directora general ejecutiva del Servicio Nacional de Propiedad Intelectual (Senapi), Rosario Salinas, indicó que esta situación se da en el país, por desconocimiento de artesanos y empresarios sobre la existencia y funciones de esta entidad.
“No se ha registrado y no tiene forma de reclamar a nadie. Por ello se justifica hacer la normativa sancionadora para brindar la seguridad jurídica”, enfatizó Salinas.
La autoridad admite que al Senapi le faltan normas para poder resguardar efectivamente, la marca, la invención y los derechos de autor. Situación que provoca la existencia de la piratería.
Frente a ello, el Senapi ofrece “seguridad jurídica respecto a su marca. Inclusive, aquí han registrado un contrato, un grupo de abogados y otros consorcios no pueden copiar el mismo tipo de contrato”, ejemplificó.
La protección que tiene el usuario en caso de existir plagio o copia de la marca en el mercado, puede ser seguido por un proceso judicial, siempre y cuando esté registrado en el Senapi.
Sin embargo, esto no significa que todas las disputas legales lleguen a buen término para el afectado, ya sea por la vía civil o penal, porque no es amplio el conocimiento sobre los temas de propiedad intelectual, advirtió Salinas, quien es abogada de profesión.
A la fecha existen 22.257 marcas registradas; 1.563 patentes de invención y 4.493 derechos de autor.
No obstante, el universo de empresas que no tienen registro es amplio. Por ejemplo, en la Federación de Micro y Pequeños Empresarios de El Alto tienen a 1.200 afiliados, mismos que no tienen registro de sus marcas.
Un censo piloto, realizado por el Senapi dio como resultado que 4.373 pequeños industriales, artesanos y gente que se dedica a la cultura no están registrados. Por esa razón, abrieron una oficina en la ciudad de El Alto. “El objetivo del Senapi es que el productor adquiera cierto interés en proteger su producto de plagios, copias, que dañen su imagen en el mercado nacional e internacional, y que decida proteger su marca, lema o diseño como una garantía de calidad en el comercio interno y externo”, subrayó Salinas.
Además del registro de signos distintivos, marcas de producción o servicio, nombres comerciales, rótulos, enseñas, lema comercial, se puede optar por la Marca Colectiva.
Esta marca es una alternativa para las asociaciones de productores o artesanos que han decidido adoptar ser una entidad colectiva para distinguir los productos o servicios prestados por este grupo de empresarios.
Se entiende como todo signo que sirva para distinguir el origen o cualquier otra característica común de productos o servicios pertenecientes a empresas diferentes y que lo utilicen bajo el control de un titular. Un concepto que se enmarca en el artículo 180 de la Decisión 486 de la Comunidad Andina de Naciones.
La solicitud de registro de la marca colectiva tiene un costo de Bs 300; además del pago por la publicación en la Gaceta Oficial de Bolivia. Entre los documentos que deben entregar están las condiciones y forma de utilizar la marca en los productos o servicios.
A la fecha, tienen más de 4.000 nuevas marcas que serán publicadas por la Gaceta Oficial de Bolivia, anunció Salinas.
Diariamente, ingresan 200 expedientes, que deben ser procesados por menos de medio centenar de personas. “Entre registros nuevos y renovaciones, al mes son como 6.000 trámites que entran”.
Esto ocasiona que obtener un registro nuevo demore entre 6 a 8 meses. Y la renovación debe realizarse cada 10 años, caso contrario el dueño de la marca pierde el derecho de utilizarla. Esta norma aplica para empresas nacionales y extranjeras. Coca-Cola también tiene un registro en el país. Empresas de Perú, Chile, Colombia, Brasil y otros están en libros del Senapi.
Un dato histórico, muestra que las primeras empresas en registrarse en Bolivia fueron alemanas y estadounidenses. La primera fue para resguardar a un agua mineral y las otras, a tintes y harinas. Esto ocurrió en 1902.
A la fecha, las grandes empresas nacionales son las que lideran en los registros del Senapi porque “se encuentran conscientes de la protección que se debe dar al uso de un nombre o una marca comercial reconocida en el mercado, que también protege al producto comercial”, enfatizó Salinas.
Sin embargo, reconoció que el procedimiento tiene que ser más ágil y corto. Esto, también será resultado de ampliar el presupuesto para el Senapi, afirmó.
Por el momento, el Ejecutivo decidió apoyar a esta entidad descentralizada en la digitalización de los expedientes, que facilitará la búsqueda de las marcas. Han avanzado un 5% con soporte del “Programa de Revolución Institucional: Modernización de los servicios a la ciudadanía en el Senapi”.
Falta que la justicia se sume a la lucha contra el plagio y la piratería.
El proceso
La búsqueda • El primer paso es solicitar al Senapi una Búsqueda Certificada de Marca, con el objetivo de verificar que el nombre no esté registrado por otras personas y así evitar que en un tiempo posterior se presente una oposición al trámite.
El inicio • El registro de una marca o signo distintivo en el Senapi comienza cuando se realiza la Solicitud de Registro de Marca.
Los costos • Pago a la cuenta fiscal Senapi de Bs 1.000 para empresas extranjeras y Bs 500 para empresas nacionales por la Solicitud de Registro de Marca. Otro pago de Bs 500 para empresas extranjeras y Bs 250 para nacionales que permite obtener el título de Registrabilidad. Pago a nombre de la Gaceta Oficial de Bolivia de Bs 40 por marca denominativa y 60 por marca mixta, con el fin de su publicación.
Otros documentos • A la solicitud inicial y de los pagos se debe adjuntar un Poder Notariado a nombre del solicitante en caso de una representación. Si el trámite es unipersonal entonces se adjunta el carnet de identidad. Además de tres ejemplares del Formulario de Solicitud de Marca PI-100 que se puede encontrar en la página web del Senapi.
El lugar • El trámite se realiza en la Ventanilla Única de Recepción de trámites en La Paz, El Alto, Cochabamba y Santa Cruz.
Puntos de vista
“La nueva normativa busca el imperativo: No debes plagiar”
Rosario Salinas.
Directora General Ejecutiva del Servicio Nacional de Propiedad Intelectual, Senapi.
Si bien hay una normativa general, no existe la normativa sancionadora. Hoy, el Senapi es una entidad netamente conciliadora cuando hay algún problema de registro de marcas. Además, en su mayoría, esas actas se pasan a la jurisdicción pertinente, ya sea a la Civil para cobrar daños y perjuicios o a la Penal.
Lamentablemente, la mayoría de los jueces no definen porque no es una materia tan conocida la propiedad intelectual.
La entidad es muy técnica. Estamos elaborando la normativa sancionadora para presentarla al ministerio y luego a la Asamblea Legislativa Plurinacional. Esta normativa busca el imperativo de No Debes Plagiar. No es suficiente decirlo debe haber elementos coercitivos que hagan que se cumpla.
Si está en un código penal, la sanción para el plagiador, el pirata y la gente que atenta contra los derechos reales de los propietarios de una propiedad intangible, de la propiedad intelectual, tienen que ser sancionados.
Eso implicará multas e incluso la misma cárcel para el infractor.
El primer libro registró marcas en 1902
Marcas alemanas y estadounidenses fueron las primeras del registro; mostró el encargado del Archivo, Florentino Mullericon Achu, tiene 30 años en el Senapi.
La primera marca
“Apollinaris Agua Mineral Natural” de Prusia Runania, Alemania es la primera marca industrial registrada en Bolivia y fue “concedida a Víctor Muñoz y Reyes, representante de los señores Heinrich Ernsbach y Anton Mills por Resolución Suprema de mayo de 1902”, se observa en las primeras hojas del primer libro de registro de marcas en Bolivia.
Marca de tintes
“El Cóndor” de Harries y Company obtuvo el “registro de fábrica: Águila Serpiente, aplicada a añilinas, y concedida por resolución suprema de 1 de mayo de 1902, al señor Toedomiro Harris, representante de los señores Farbenfabriken von Fride Bayer y Cia”. Una anotación de 1921, señala el cambio de dueños.
Harina de Estados Unidos
“Marca de fábrica: Stars’s Best Roler Made, aplicada a distinguir harinas y concedida por resolución suprema de 17 de junio de 1902 a don Germán Leichsenring, representante de Port Costa Millingg Company, de San Francisco de California. Con estos datos se conoce que los primeros usuarios fueron extranjeros.
En la actualidad
Un equipo que no llega ni a medio centenar de servidores públicos, es responsable de llevar adelante el proceso de registro de marcas industriales. La oficina central, después de tres cambios de casas en menos de una década, ahora se halla en los pisos 3 y 4 del edifico Atalaya, en la céntrica calle Potosí, en La Paz.