domingo, 23 de enero de 2011

Andrew Carnegie, duro como el acero


Un muchacho que empezó ganando 10 dólares mensuales y terminó como rey mundial del acero

Desde su nacimiento en 1835 en un hogar pobre de un pueblito escocés, Andrew Carnegie recorrió un largo camino hasta convertirse en el mayor productor siderúrgico del mundo y un prototipo del self-made-man capitalista.

Agobiados por la falta de perspectivas en su Escocia natal, los Carnegie se hicieron la América en 1848 y el joven Andrew consiguió trabajo como cadete en una oficina telegráfica de Pittsburg por 10 dólares mensuales.

Pronto se hizo tan bueno en descifrar mensajes telegráficos que no tardó en llegar a jefe de división, presagiando una prolija carrera corporativa. Pero en su alma no había un pastor sino un lobo hambriento de aventuras.

Hacia 1860, en pleno "boom" ferroviario, Carnegie se asoció con el inventor de los coche-cama de los ferrocarriles. El negocio fue un sensacional éxito y Andrew comenzó a invertir sus utilidades en el petróleo y el hierro. A esta altura, ya contaba con una considerable fortuna personal. Pero no pensaba conformarse con tan poco. Lo mejor aún estaba por venir...

En 1868, el infatigable cazador de negocios invirtió hasta su último centavo para introducir el procedimiento Bessemer de producción de acero en norteamérica. Mientras todos corrían en masa a invertir en ferrocarriles, él creyó más lucrativo proveer acero de bajo precio a las ferroviarias.

El resto es historia. Andrew se integró horizontal y verticalmente. Compró a sus competidores e invirtió en minas y empresas de transporte para formar un gigante conglomerado siderúrgico. En 1901, a los 65 años, ya cansado de dedicar todo su tiempo a los negocios, vendió su compañía al banquero J.P. Morgan.

El viejo Andrew, por su parte, siendo el segundo hombre más rico del mundo (sólo superado por el zar petrolero, John Davidson Rockefeller) se dedicó a la filantropía, apoyando a incontables instituciones culturales y educativas hasta su muerte en 1919.

¿Cuál es el legado de Carnegie? La historia de un muchacho que empezó sin nada y murió en una cama de oro, la encarnación del self-made-man capitalista. Un hombre de visión genial. Un líder nato que fue el primero en dar acciones a sus empleados, convencido de que trabajarían mejor si su propio interés estaba ligado al de la firma. Andrew Carnegie es el paradigma de la innovación y el liderazgo.

De la redacción de MATERIABIZ

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